Y pensando en qué frases de Kerouac poner, recordé que a veces escribo,
cosas buenas y malas, inspiradas y mediocres. Sentado en mi silla de
tres patas deseé que me cayera un meteorito en la cabeza, que una nube
negra me llevara a algún lugar extraño y lento. Quería gritar por amor,
quería gritar por falta de sexo; pero estas extrañas libélulas se me han
plantado en los ojos y no me dejan ver más que mis pensamientos, los
lugares a los que quiero ir, o la gente a la que quiero conocer. Dónde
estamos nosotros cariño, dónde se quedó ese interruptor que tenía cuando
era niño. Quiero saltar ahora de la ventana y botar contra el asfalto
cien veces. Que en las lunas llenas mil cascadas atraviesen mi estomago. Volver a sentir lo que era una sonrisa no pensada, cuando
amaba a mis amigos y tenía curiosidad por saber de los demás. Parece que
todo murió y solo quedan siluetas, como las de las estrellas falsas que
se me clavan en los ojos ahora mismo.
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